lunes, 26 de marzo de 2012

Entre policías y papanatas



Con el título de Chip, Página 12 publica hoy en su pirulo de tapa lo siguiente: 
En el municipio brasileño de Vitoria da Conquista, en el estado de Bahía, las autoridades educativas venían preocupadas por el ausentismo escolar de los chicos. Dicen que rondaba el 35 %. La alcaidía decidió solucionar el problema mediante la tecnología. Con una inversión de 1,2 millón de reales (unos 660.000 dólares), dotará a cada alumno de un chip en el uniforme para que los padres puedan controlar en tiempo real la asistencia de sus hijos: si no entran a la escuela, un mensaje de texto en el celular dará cuenta de la rateada.
Ya hay bastante escrito sobre escuela y disciplinamiento, la tríada prisión-escuela-loquero como ámbitos “vigilantes” es incluso anterior a Vigilar y castigar de Michel Foucault pero no cabe duda de que el filósofo francés la popularizó.
Bueno, parece que los “pedagogos” brasileños han tomado nota. Se van a gastar más de medio millón de dólares en chips para que los pibes no se rateen. Vayan a wikipedia (como yo), ahí van a ver que Vitoria de conquista es un municipio medio pedorro, con menos de 300.000 habitantes y al cual no parece sobrarle plata (hasta problemas con el agua tienen).
Pero  están contentos. Se van a gastar 660.000 dólares en 20.000 uniformes para pibes de 25 escuelas más los implementos de control por escuela. Cuando el pibe entra, un sensor lo registra (chau preceptores pasando lista) y lo mismo al salir. Los padres chochos: Eu sempre me preocupo com as minhas três filhas que estudam aqui no Caic e, agora, irei ficar mais tranquila, dice una de las mamás. (si quieren leer la noticia completa y se animan al portugués, click aquí)

Lindo ¿no? Incluso para evitar que se escapen podría adosarse al sistema un cerco eléctrico, como para los perros en los cantris. Salís sin autorización, ¡una patadita de 12 volts!
Igual los estudiantes tenemos (me incluyo porque pienso qué hubiera hecho yo en el lugar de los brasileritos) la solución. Como siempre es colectiva, solidaria, colaborativa, nunca individual. Un bolso grande para guardar uniformes de los que nos rateamos y turnos para entrar con él y dar el presente.
Eso hasta que se aviven y nos implanten el chip en el cuerpo.



lunes, 12 de marzo de 2012

Campora: "él" y "la"


Ayer “la” Cámpora homenajeó al Cámpora original, Héctor. Hace treinta y nueve años la fórmula del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) Cámpora-Solano Lima ganaba con casi el 50 % de los votos la elección presidencial.
Era el fin formal de la dictadura de 1966 que se había autodenominado pomposamente Revolución Argentina y soñado con un extenso período de gobierno. Era también el fruto del Gran Acuerdo Nacional entre todas las fracciones de la burguesía (incluido el peronismo). Por eso el triunfo electoral ¡del peronismo! fue saludado entre otros por la UIA y la Bolsa de Cereales.
Los aniversarios convocan. El “relato” se organiza. Junto a Héctor Cámpora, “la Cámpora” y el Movimiento Evita homenajearon también al gobernador de Córdoba de ese momento, Ricardo Obregón Cano y al de Buenos Aires, Oscar Bidegain. Los nombres funcionan como ejemplos y los actuales dirigentes llaman a la unidad para “defender el proyecto”.
Siendo éste un blog de historia abandonaremos por un momento el presente y la discusión del ”proyecto” e intentaremos una serie de reflexiones acerca de un pasado mitificado:
1.- La imposición del nombre “Cámpora” a una agrupación política con vocación de futuro no puede ser más desafortunado. Héctor Cámpora “gobernó” o por lo menos ocupó el “sillón de Rivadavia” sólo cuarenta y cinco días.
2.- Durante ese mes y medio el camporismo intentó imponer un “pacto social”, es decir congelar los salarios en el inicio  de un proceso inflacionario anulando las paritarias (continuación de la política de la dictadura militar saliente). El acuerdo fue firmado por el dirigente empresarial Gelbard, el propio Cámpora y el dirigente de la CGT Rucci.
3.- Cámpora era visto y nunca logró ser otra cosa que un títere. Sin autoridad formal, Perón marcó  la cancha al nuevo gobierno. Antes de que éste asumiera destituyó al dirigente de la JP, Rodolfo Galimberti y en un discurso el 1ro de mayo anunció que no se debían esperar leyes sociales importantes del gobierno de Cámpora.
4.- La impotencia del gobierno se verificaría en forma trágica el 20 de junio con el regreso de Perón al país y la masacre de Ezeiza. La alianza burocracia sindical-lopezrreguismo asesinó a unas doscientas personas. No hubo ninguna investigación pero Perón acusó a Cámpora de “desgobierno”
5.- Poco después sucedió el obvio desenlace: Cámpora fue removido con la anuencia del propio Perón. Similar situación sufrieron los también homenajeados hoy Bidegain (enero 1974) y Obregón Cano (febrero 1974). El primero fue obligado a renunciar y el segundo destituido por un golpe policial (el Navarrazo), ambos sucesos en vida y gobierno de Perón. Ninguno de ellos se resistió ni enfrentó a Perón.
Los “camporistas” de ese momento siguieron defendiendo fervientemente ese “proyecto” durante, al menos,  un año más. Eso, entre los asesinatos que diezmaban las filas de militantes y activistas.

El recuerdo de Cámpora, Bidegain y Obregón Cano, entre otros, no puede ser hecho al margen de un balance sin ficciones.